Educación Sexual Integral
jueves, 19 de junio de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
jueves, 12 de junio de 2014
6 Consejos Prácticos para comenzar a trabajar la ESI
Recomendaciones
a otros docentes para poder brindar e incorporar la ESI en el nivel Inicial.
a- En primer lugar, es importante que el docente realice una búsqueda de referentes bibliográficos para profundizar sobre los asuntos referidos a la ESI, es decir, material disponible y/o difundido desde los diferentes organismos que se especializan en el área y una constante actualización académica referente a la misma. Cecilia Román propone “Acercar a los/as maestras a la lectura y discusión de bibliografía actualizada sobre temas de educación y sexualidad desde un enfoque de género” (Román, Cecilia, 2007, Pág. 12) Y fundamentalmente es importante la revisión de diferentes ordenanzas que legislan las prácticas pedagógicas en referencia a la ESI, como ser las diferentes leyes. Principalmente, porque si no se conoce la ley, es muy probable que no se la cumpla. Nélida Pedroza de Fasce dice que los docentes “Deberán conocer los alcances de las leyes nacionales e internacionales que permiten un mejor desempeño de las personas en el ejercicio de la ciudadanía, para que puedan darlas a conocer” (Nélida Pedroza de Fasce, 2007, pág. 10). Como parte fundamental de la investigación bibliográfica, una de las cuestiones a revisar son los lineamientos curriculares. Allí se establecen los principales objetivos que persigue la ESI. Por lo tanto, cobra real importancia observarlos para poder llevarlos a la práctica ya que no se puede enseñar aquello de lo que no se conoce. Esto resulta fundamental para el docente que se inicia en el conocimiento de la ESI ya que al ser la sexualidad una temática prácticamente invisibilizada durante muchísimo tiempo, es probable que tenga algunas concepciones o creencias erróneas acerca de lo que es la educación sexual. Es muy posible que no se contemple la integralidad de dicha educación que está presente no siempre únicamente desde una materia o espacio puntual, sino que atraviesa a todas las áreas de contenidos. Al no entenderlo de esta manera integral difícilmente se pueda abordar la ESI propiamente dicha, sino solo algunos aspectos sueltos, sin articulación de contenidos, etc. Acerca de esto, los lineamientos curriculares expresan lo siguiente “El concepto de “sexualidad” sostenido por la Ley Nº 26.150 […], supera la noción corriente que la asimila a “genitalidad” o a “relaciones sexuales”. Entender que la sexualidad abarca “aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos” implica considerarla como una de las dimensiones constitutivas de la persona que, presente de diferentes maneras, es relevante para su despliegue y bienestar durante toda la vida” (Ministerio de educación de la nación, 2008, Pág. 10)
b- El proceso de búsqueda de información y de material mencionado anteriormente, quedaría incompleto si no se lo acompañara con un proceso reflexivo sobre el propio desempeño como docente. Beatriz Greco expresa que “Los/as docentes que ya trabajan estos temas con sus alumnos/as a menudo se plantean la necesidad de reflexionar, ante todo, sobre sus propios lugares profesionales y personales” (Greco Beatriz, 2007, Pág. 83) Se torna fundamental tomar distancia y asumir una posición de vigilancia sobre sus propias prácticas intentando descubrir las concepciones subyacentes que guían de algún modo u otro la tarea. Como bien expresa Cecilia Román, “Lo primero que hay que tener en cuenta como docentes […] es poder tomar cierta distancia, asumir una actitud de vigilancia sobre los sentidos y significados que se le adjudican a la sexualidad y a la afectividad. Hacer, entonces, un llamado a la cuestión de la “vigilancia epistemológica” porque somos conscientes de que nuestro “quehacer” cotidiano no es una actividad neutral, despojada de sentimientos, ideas, juicios de valor” (Román, Cecilia 2007, Pág. 9) Sumando a lo que habla Cecilia Román, se puede aludir a la propuesta de Nélida Pedroza de Fasce, cuando propone que “Un buen recurso inicial es desarrollar talleres que estimulen el análisis crítico de las prácticas cotidianas que reproducen y estimulan conductas estereotipadas” (Pedroza de Fasce, 2007, Pág. 11).
Así mismo, como parte del
proceso reflexivo, revisar aspectos institucionales acerca de la perspectiva de
género como ser, disposición de los baños, trenes de nenes y nenas, y otras
prácticas habituales en los jardines de infantes, permite la rectificación de
lo realizado hasta ahora y la posibilidad de cambiarlo en adelante. Nélida
Pedroza de Fasce también invita a “Desarrollar una acción cuestionadora de la
realidad […] (porque) somos conscientes de la posibilidad de actuar sobre las
acciones pedagógicas.” (Nélida Pedroza de Fasce, 2007, Pág. 9) Por supuesto, habrá aspectos sobre los que no
tendrá plena decisión o posibilidad real de modificar algo como por ejemplo
sobre la disposición espacial de los baños, si estos tienen puertas o no, etc.
Pero también, habrá muchas otras cuestiones sobre las que podrá decidir
cumplimentando así lo establecido por la ley.
La misma autora, argumenta
sobre la necesidad de la reflexión cuando dice que “Las características de la
cultura escolar conllevan mucho de homogéneo, ritualizado, “rutinizado” y
repetido, así lo aprendido será luego repetido […] de aquí la insistencia en
que se haga una tarea reflexiva y de toma de conciencia” (Nélida Pedroza de
Fasce, 2007, Pág. 8)
c-
Otro paso
fundamental implica la recopilación y
selección de materiales para utilizar con los alumnos. El proceso
reflexivo del que anteriormente hablamos está íntimamente relacionado con el
momento de reunión de material ya que dicha reflexión debería estar presente en
todo momento. Justamente es una “vigilancia”. Sin importar el área curricular
para la cual se planifiquen actividades, si se entiende que la educación sexual
es integral, se trabajará con ella de manera transversal. Como dice Nélida
Pedroza de Fasce, “Será necesario el compromiso de la actividad docente con el
atravesamiento de género en cada hecho pedagógico”. (Pedroza de Fasce, Nélida
2007, pág. 7)
Se debe prestar real atención
acerca de los materiales que se seleccionan en los diferentes espacios
curriculares. En ocasiones (por no decir casi siempre) se utilizan materiales
que por ser de uso habitual, no se someten a evaluación, y su utilización omite
los contenidos de la ESI. Algunos ejemplos de esto podrían ser algunas
producciones literarias (donde la mujer es frágil y precisa ser rescatada por
un príncipe por ejemplo), o los juegos y
juguetes cuando se diferencian los que son “para niñas” de los que son “para
niños”, repertorios musicales clásicos o antologías poéticas, donde se propone
un estilo de vida “esperable o ideal” que por lo general no se condicen con la
realidad de l@s niñ@s o simplemente transmiten un modelo conservador u
organización familiar (entre otras) a perseguir, etc.
Asimismo, habrá ocasiones donde
se decidirá trabajar la ESI directamente (sin estar mediada por ningún espacio
curricular) donde será importante contar con recursos que sirvan de
disparadores o como herramientas de trabajo activo por parte de l@s niñ@s. Bien
puede ser ejemplo de este tipo de material cualquier video de los que se
observaron durante la cursada de la materia que nos convoca, como cualquier
otro pertinente. Pero para esas ocasiones se torna necesario dedicarse a dicha
búsqueda y contar con estos recursos en el transcurso del desempeño
profesional.
Es importante recalcar en este
punto, según lo expresado anteriormente, que la ESI puede abordarse de ambas
maneras, integrando las diversas áreas disciplinares o como disciplina
específica, pero como bien dice en los lineamientos curriculares “Decidir
si la educación sexual integral debe ser abordada desde una perspectiva
transversal o como un espacio curricular específico, requiere considerar, entre
otros factores, la etapa de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, sus
necesidades, intereses y derechos, el nivel educativo y la formación y
capacitación de los docentes para desarrollar esta tarea. La transversalidad y
la existencia de un espacio curricular específico no constituyen alternativas
excluyentes” (Ministerio de educación de la nación, 2008, Pág. 14)
Pero indistintamente de cómo se
trabaje, el material a utilizar siempre debe estar igualmente valuado y
valorado según la contemplación o no de los cinco ejes sobre los que se basa la
ESI (Perspectiva de género, perspectiva de derechos, afectividad, cuidado del
cuerpo y respeto a la diversidad) y en los casos que se contrapongan,
sencillamente descartarlos del repertorio habitual o conservarlos como punto
antagónico o ejemplo negativo (según el trabajo que se pretenda realizar).
d-
Recuperación de experiencias del aula. La vida cotidiana representa un momento de mucha
riqueza donde se pueden rescatar situaciones cotidianas para la enseñanza. Beatriz
Greco propone “Estar atentos a que la vida cotidiana de la escuela ofrece diferentes momentos y espacios
para habilitar un diálogo informal entre docentes y alumnos/as donde es posible
transmitir acerca de la sexualidad y afectividad” (Greco Beatriz, 2007, Pág.
87)
En ocasiones surgen emergentes que pueden
constituirse en material valiosos sobre los que se trabaja, como ser, por
ejemplo, una clase de educación física donde “mirar para adelante mientras se
corre” representa parte del cuidado del propio cuerpo y del cuerpo del
compañer@, o también momentos donde, en el orden y limpieza de la sala subyace el
contenido de la valoración propia, la higiene y el cuidado personal, etc.
Estar dispuestos a vigilar,
tiene que ver con espectar el momento y la ocasión oportunos para introducir
los contenidos. A veces se vivencian situaciones que pueden retomarse en otro
momento pero que se constituyen en experiencias significativas para l@s
estudiantes. Lo importante es estar atentos porque como bien expresa Cecilia
Román “En el caso de los chicos/as no hace falta pensar dinámicas para
introducir la temática. La espontaneidad, la frescura, la natural curiosidad e
inquietud sobre la sexualidad, su cuerpo y el cuerpo de los/as otros/as permite
y nos obliga a que los/as maestros/as abordemos la temática en forma directa y
responsable con propuestas de enseñanza significativas e interesantes” (Román
Cecilia, 2007, Pág. 15)
e-
Teniendo en cuenta
lo dicho anteriormente, cabe aclarar que l@s niñ@s en su cotidianeidad recurren
a diferentes manifestaciones, a veces físicas, y en menor medida a la palabra,
para satisfacer inquietudes acerca de la sexualidad. Dichas manifestaciones a
veces pueden resultar incomodas para los docentes. Estos deben tener cuidado en referencia a cómo actuar frente a estas
cuestiones “escandalosas”. (por ejemplo besos en la boca, masturbación
por parte de l@s niñ@s, tocarse el pene o vagina entre compañer@s como parte de
la exploración misma, etc.) aquel docente que quiera responder con perspectiva
de género, deberá saber que hay cuestiones que desde la mirada adulta parecerán
inapropiadas y cuestiones a resolverse. Muchas veces, estas situaciones hasta
trascienden llegando a las familias. Es de suma importancia advertir que desde
la mirada infantil, como expresa Hilda Santos, “cuando en el reconocimiento del
cuerpo que hace el niño en sus primeros años hay zonas prohibidas, no nombradas
consideradas “sucias” o “feas”, las incorpora como partes negativas de él
mismo, rechazadas por quienes son las figuras más importantes y sus mediadores
con el mundo. Si este proceso, en cambio, se produce con la aceptación y la
valoración positiva de todas las partes del cuerpo, es posible reconocer como
propio un cuerpo valorado que será fácil respetar y cuidar” (Hilda Santos, Pág.
9)
Seguramente al docente no le
faltarán oportunidades de vivenciar casos similares. Estos provocarán emociones
que pueden llevarlo a actuar incorrectamente, o sin considerar la ESI. Cecilia
Román dice que “ Es en estas circunstancias, cuando el lugar de los/as adultos y
docentes se ve conmovido y no resulta habitual que fácilmente se hallen
respuestas, modalidades de diálogo, prácticas de enseñanza para hacer frente,
atender a las necesidades que de una u otra manera expresan los/as alumnos/as.”
(Román Cecilia, 2007, Pág. 9). Para poder hacer frente, un poco mejor
posicionados, a los sentimientos que provoca encontrarse frente a una situación
semejante, se vuelve necesario abordarlos desde una perspectiva de género.
Según la misma autora sería “A través de una concepción de sexualidad
considerada como una dimensión de la vida humana presente en todas las etapas
de la vida y que trasciende ampliamente el ejercicio de la genitalidad” (Román
Cecilia, 2007, Pág. 6)
Viendo a la sexualidad desde
este enfoque, seguramente resultará más fácil dominar las sensaciones o incomodidades
que provoquen dichos momentos.
f-
Trabajar con las
familias de l@s estudiantes. Es probable que algunos familiares de l@s niñ@s se sientan
incomodados con el tratamiento de la ESI, dado que, así como para el docente
que se inicia en el tratamiento de la misma resulta desconocida, no cabe dudas de que la tendencia familiar
será también el desconocimiento. Se teme a lo desconocido. Algunos sienten que
se viola el derecho de los intereses privados de cada familia, y otros temen
por ejemplo que se aborden temáticas inapropiadas a la edad de l@s estudiantes.
Pero resulta interesante que l@s docentes informen a las familiar de la
existencia de diferentes leyes que respaldan y regulan su tarea y que pueda
aclarar cuestiones que de algún modo tranquilicen a los familiares. Cecilia
Román dice que “La reflexión con las/os maestras/os sobre la inclusión y el abordaje
de la educación sexual, la sexualidad, la afectividad desde la perspectiva de
género en el jardín, permitirá desplegar una temática controversial, que puede
invitar al debate a las distintas organizaciones familiares que son parte de la
institución escolar. Justamente se recomienda invitar a participar a las
familias” (Román Cecilia, 2007, Pág. 10)
Es muy necesario además, al propiciar la
participación de las familias, que se aproveche para generar vínculos de
confianza con ellas para facilitar la labor cotidiana, por ejemplo en el caso
de maternal, donde es frecuente el cambiado de pañales. La confianza de las
familias habilita al docente a proceder con el cambiado, mientras que la
negativa impide que se cambie a l@s niñ@s. Como bien dice la misma autora “Es
imprescindible establecer dicho vínculo de confianza para favorecer la relación
de los niños/as con sus docentes, y habilitar la posibilidad del cambiado de
ropa o muda en el caso de que un nene/a lo requiera” (Román Cecilia, 2007, Pág.
11)
Esta relación de confianza puede establecerse al dar a conocer que La ESI es un derecho
de l@s niñ@s. Y, asímismo, es una tarea docente que estos contenidos estén presentes como
parte de las planificaciones docentes (transversales a todas las áreas) y no
son exclusividad de las familias, ni pertenecientes al ámbito privado. Eleonor
Faur dice que “En el terreno de la sexualidad, el acceso a información científica
actualizada, a una formación que respete la libertad y la dignidad de las
personas, y a servicios de salud de calidad constituyen derechos inalienables,
ratificados por la Argentina a través de la constitución de la Nación[…] La
escuela es una institución insoslayable en esta tarea, tanto en lo que debe
realizar en términos de formación y garantía de acceso a la información y
educación en sexualidad como en la construcción de ciudadanía plena, aspectos
altamente relacionados entre sí” (Faur, Eleonor, 2007, Pág. 23) Sumando
a este aporte, Cecilia Román en tu texto “Piedra libre a la Educación Sexual en
el nivel inicial” dice que “la escuela, como institución social, tiene
la obligación de acompañar, informar, enseñar todo lo relativo a la sexualidad
–afectividad” (Román, 2007, Pág. 20).
En resumen, los docentes no pueden dejar de trabajar
estos contenidos con los niños. Pero sí es necesario informar para evitar que
sucedan reticencias por parte de las familias y para espantar temores que
lógicamente podrían llegar a tener.
Y por último, toda esta información y temas tratados con
las familias debemos plasmarlo en las planificaciones que se lleven a cabo. Debemos
concientizarnos de la necesidad de trabajar estos contenidos. Sin esto no tiene
sentido el trabajo con las familias, ni la existencia de la Ley de ESI, ni los
lineamientos curriculares.
Bibliografía:
·
Pedroza de Fasce, Nélida. (2007). Reflexiones
sobre las cuestiones de Génro y la Formación Docente. En: http://ieseccleston.buenosaires.edu.ar/Pedroza%20de%20Fasce_8.pdf
·
Santos, H. (2007). Algunas consideraciones
pedagógicas sobre la educación sexual. En: Educación sexual en la escuela.
Perspectivas y reflexiones. Ministerio de Educación.
·
Román, Cecilia “Piedra libre a la Educación
Sexual en el nivel inicial”.
E-Eccleston. Estudios sobre el nivel inicial. Nº 8, Ministerio de
Educación GCBA, 2007.
·
Lineamientos curriculares de Educación Sexual
Integral, Ministerio de Educación de la nación, 2008.
·
Greco Beatriz, “Una escuela inclusiva de la
sexualidad. Pedagogías, proyectos, conocimientos e interdisciplinas”. Educación Sexual en la escuela. Perspectivas
y reflexiones. Ministerio de Educación, GCBA, 2007.
·
Faur, Eleonor, “Fundamentos de derechos
humanos para la educación integral de la sexualidad”. Educación sexual en la
escuela. Perspectivas y reflexiones. Ministerio de educación, GCBA, 2007.
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